jueves, 15 de octubre de 2009

METÁFORA DE TODOS LOS OLVIDOS


Todo lo que hacemos lo hacemos para que nos quieran, estamos aquí para que nos quieran, todos nuestros actos van encaminados a que nos quieran, pero el amor no tiene nada que ver con la justicia, a veces pensamos que hasta en el olvido se encuentra un motivo de amor más desinteresado que el de la probidad, el anhelo que nos hace seguir perseverando en el camino exacto donde las dos partes se encuentren, cuando esto ocurra habremos llegado por fin ha entender lo que de calibrado, tienen los olvidos.
Pasará todo como un río que se sabe provisorio, pasará el amor, la soledad, la vida toda, y ya sólo seremos un olvido más en el común relé de los mortales.







Más viejo que el dolor,
más enfermo que un llanto sin consuelo,
más perdido que los años infértiles,
desposeido de alianza y costumbre,
desconocido hasta por el padre que palidece,
de este modo vienes,
lánguido y deforme el semblante austral
por donde se entrevé una lágrima frustrada.
La casa ignorando tu presencia invasora, descubre
atónita una barba engreñada de tres lustros, el perfil
de un fantasma que a tientas procura ubicarse,
los árboles crecidos,
el camino encharcado,
el jardín con sus inquilinos sin podar
trepa en la altura un desorden progenie,
de época desahogada y naderías,
... y un perro anacrónico no reconece a su dueño.

2 comentarios:

Tatiana Aguilera dijo...

Luis:

La nostalgía, fruto y vertiente que nos hace descubrir lo que ocultamos como niños pequeños..Duele el olvido, duele la memoria, no se cuál provoca más escozor en el alma, pero cuando se instalan con sus lianas y cordones, suelo recurrir a la poesía, refugio de todos mis lloros y añoranzas...

Un fuerte abrazo para ti, desde Santiago de Chile

Tatiana

Luis Sánchez García dijo...

¡Que alegría leerte de nuevo!, yo creo que el olvido en cierta forma es necesario, es el resorte que hace que podamos vivir y mantiene a nuestra alma siempre en alerta y libre de toda sospecha.
Lo que nos precedió y más aún si fueron capítulos susceptibles de mejora escolástica indagarán lo que quieran, pero no hallarán nada que les sirva para aminorar su ya irremediable condición de retrospectiva, su inefable menoscabo en un tiempo que todo lo retrae al ámbito inexpuganable de la inmediatez, testaruda alquimia que nos protege de lo que fuimos, nos salva de lo que somos.

Otro abrazo enorme para ti, desde Sevilla.

Luis