martes, 26 de junio de 2012

VERANO






Donde era bosque,
resina para ti,
tú me domesticaste con agujas.

Donde era savia,
donde nada se alzaba contra ti

ni siquiera una hoja,

y fue cuando pusiste
definitivamente
mi mano en tu silencio.

Pero no me asusté.
Y arañé.
Y hallé tacto.

Te vas.
Ahora que estoy
con los dedos en flor.