Campos de miscelánea,
que regaláis siesta,
si, llano y cuesta
alabarda de borrico cansino.
Cadenas chirriantes
la guerra,
zumo óleo que la espabiláis,
pintura ácrata de reclamo embriagado
pone clavo y alambrea,
en la noche más criminal.
¡Que socavón, la cuneta!,
cual gigante en desequilibrio
que caído adquiere,
su valor alquilado.
Tú sabes que comer cuesta,
por eso pinares quejumbrosos,
troncos mudos y solemnes,
yo protestaré al hambre epidérmica
y aunque quisiera,
no podría sostener, tu pesada cruz
que danza.
2 comentarios:
Magnífico Luis, felicidades por este poema.
Bellas palabras para un drama.
Un beso.
Elena, un drama bajo las promesas de sosiego y seguridad,
alimentadas sólo por el vencimiento de la ceniza.
Un beso, compañera.
Luis.
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