... Y así, deambulando
entre la llovizna y el jaramago
entre la llovizna y el jaramago
llego a la poesía,
maldigo ese día pues es una cruz de la que no me desprendo,
me sacio de amores imposibles,
de rocío enajenado,
de soneto transitado por una escalera tortuosa de catorce peldaños
hasta llegar a los ojos de mi madre,
a unos labios reticentes con cautela,
ya rendido al alba, y herida mi escribanía
condenado ya sin remedio al verso continuamente reinventado,
para explicar y explicarme quien soy yo,
una palabra modesta, en la inmensidad
de un grito cautivo.
2 comentarios:
La poesía tiene que sentirse orgullosa por tener tan digno representante en este mundo bloguero.
Un abrazo Luis.
Orgulloso me siento yo cada vez que apareces por este rincón.
Un abrazo.
Publicar un comentario