Como un niño perdido
en la feria de la vida,
ansío la llamada encendida
o ser, lo que nunca he sido,
dominador de lo oscuro,
el limón de la noche despertada,
defensor del silencio y de la nada
guardián de tus ojos de carburo,
en tu cuerpo donde, niña mía
nunca hallé la travesía
y sé que moriré, seguro.
4 comentarios:
Pleno de romanticismo, querido Luis, como una certeza se lee tu poema.
Un beso.
Me alegraría que ese niño perdido se encontrara de frente la mirada que busca, y la retenga, y la guarde; hasta que muera.
Un abrazo Luis.
Gracias Paloma por llegar siempre como...
El águila real
en los picachos perdidos,
como el viento y sus latidos
o la luz en diagonal.
Un beso.
Luis.
Elena eso procuro todos los días.
En el declive de la travesía
del viento hacia la noche maquillada
no quedará de nuestros cuerpos nada:
anónimo mester de juglaría.
Un beso.
Luis.
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