Si un día vienes encendida de invierno,
y llegas para quedarte a mi vera,
renunciaré al vástago dejado tierno
en la aldea donde ríen las calaveras,
date prisa que nos mira el averno
y un asta se lame en la tarde su cera,
se descuelga un presagio sempiterno
como nieve negando nuestra cordillera,
de un tiempo que se nos va desganado,
de hallar a lo limítrofe enterrado,
somos lo tenue en el color nacido
de un almanaque roto y envejecido,
que nuestro amor anhela esclavizado,
junto al reloj de lo humanamente defendido
una pasión cautelar de enamorado.
8 comentarios:
Qué facilidad para atrapar palabras y moldearlas a tu antojo.
Siempre es un placer y un lujo leer estos poemas.
Gracias Luís.
Besos.
Querido amigo:
Tu lenguaje -como siempre- es exquisito, delicado, ambrosía para el profano... Es una delicia para mi anhelante paladar, degustar tus palabras.
Un abrazo, y un beso poeta.
Menos dolor y angustia..., menos pena y desconsuelo y, mucho más amor, bienenstar, tranquilidad y esperanza en éstas letras.
Precioso el poema, amigo Luis.
Un abrazo, maestro.
Un placer es el que me produce tu presencia llena de amables palabras, sin ti no sería igual esta Ataraxía.
Besos.
Luis.
Gracias Taty por tus palabras de aliento, quiero que sepas que tras los cristales y envuelta en azogue duerme mi ángel benefactor.
Un beso para ti, y otro para Pablo y Matilde.
Luis.
Yo no tumbo cañas,
las tumba el viento,
que las tumba mi amiga Lola con sus movimientos.
Un beso y un cañaveral para ti.
Luis.
Definitivamente mi estimado amigo, es un regocijo para el alma y un deleite caminar por la senda de tus versos..
abrazos
Gracias María por tus palabras, y que el aire nos sea común desatando lirios.
Un beso grande.
Luis.
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